“Tu mente puede inventar horrores más allá de los que realmente existen. La rumiación no es tu amiga. La acción te permite ver la situación tal como es en realidad”
(How to Fight a Hydra, Josh Kaufman)
En otras palabras – Con Miedo pero Actúa.
¿Cuántas veces en tu vida dejaste de actuar por miedo? Para cada persona, el miedo es diferente:
- Miedo al rechazo
- Miedo al juicio
- Miedo a perderlo todo
- Miedo a cometer errores
… y la lista podría seguir.
Permanecer en la zona de confort, sin cambiar lo que hay, sin experimentar cosas nuevas, quejándote de que «nada nuevo aparece en mi vida», viviendo siempre lo mismo, en el aburrimiento o en la falta de propósito… ¿te suena familiar?
¿Sabías que la mente es la gran enemiga de la novedad? Para ella, lo nuevo es desconocido, y lo desconocido es peligroso. Siempre te presentará argumentos para no actuar, no cambiar y no arriesgarte: «Más vale malo conocido que bueno por conocer«. Lo importante es entender este proceso y decidir dónde quieres estar tú.
A veces miramos a los demás y pensamos en todo lo que han logrado, sintiendo quizás un poco de envidia. Yo solía preguntarme: ¿Qué tiene esa persona que no tenga yo? Ahora sé que tengo todo lo que necesito para llegar a donde quiero. La diferencia entre esa persona y yo era que ella actuaba mientras yo me quedaba atrapada en la rumiación.
Tenía ideas estupendas, pero después de un tiempo sin actuar o tras los primeros intentos fallidos, lo dejaba. Volvía a mi zona de confort.
¿Qué quiero decirte con todo esto?
¡No te falta nada! No necesitas un milagro, suerte o ganar la lotería. Deja de esperar y actúa.
Actúa comprometiéndose contigo misma.
Actúa incluso cuando sientas que nunca llegarás.
Actúa aunque te equivoques.
Actúa, pase lo que pase.
Sé fiel a lo que te apasiona, a lo que conmueve tu corazón, a lo que te emociona. Deja de vivir la vida que no quieres. No esperes garantías de éxito, porque no existen. No puedes tener éxito si nunca has intentado hacer aquello que deseas.
Piensa en cómo te sentirás si lo consigues. Y, más aún, cómo te sentirás al final del día si puedes decirte: «Lo he intentado.»
¡Actúa! El miedo siempre estará ahí contigo. Al menos eso es algo con lo que puedes contar. Tener miedo no significa que seas débil; simplemente significa que eres humano.
No eres uno más de los millones que han perdido la batalla contra su mente. Porque, al final de tu vida, lo que será insoportable no serán los errores que cometiste ni las pruebas que intentaste, sino el no haber actuado.
Ese será el gran arrepentimiento.
Si sientes que tus creencias limitantes te frenan, te invito a trabajar juntas en mi terapia y descubrir cómo liberar todo tu potencial.