No sé en qué momento ocurrió… pero un día, me dí cuenta que soy una de esas personas.
De esas que se levantan hora y media antes para:
- meditar,
- hacer limpieza energética,
- afirmar,
- escribir en su libreta📔
Y no sé cuándo, en lugar de leer sobre las rutinas matinales de otras personas, la mía se coló de forma silenciosa, creció, se asentó… y hoy es mi momento favorito del día.
Antes usaba el diario para desahogarme, quejarme, vaciar cosas pendientes, recordarme todo lo que “no hice bien”.
Hoy lo uso para configurar mi mentalidad, elegir desde primera hora que estoy agradecida, guiada, que la vida conspira a mi favor y que todo está bien.
¿Si algo cambió en mi vida gracias a esto?
No sabría ni por dónde empezar.
Hace años hice el test de Gallup y en mi top 5 apareció Positivity.
Y durante tanto tiempo intenté encontrarla en mí mientras mi mente gritaba que todo lo que hacía era insuficiente, que aún me faltaba, que no tenía lo que necesitaba para decir “ESTÁ BIEN”.
Y hoy… realmente siento que está bien.
Incluso —permíteme la sorpresa— diría que está increíble.
Ahora tengo optimismo, tengo alegría, agradezco lo que me rodea y, cada vez más… estoy orgullosa de mí.
No imaginas la cantidad de energía que esto libera.
Cuánto esfuerzo me ahorra.
Cuánta vida devuelve 🌬
Hoy ya no necesito “soltar” constantemente, porque estoy aquí — en este momento — eligiendo la gratitud, la conciencia, la compasión, la comprensión y el amor.
Primero hacia mí misma, luego hacia los demás, y más allá, hacia todo lo que me rodea.
Por supuesto que siguen apareciendo desafíos.
Susurros de duda, señales de alerta, miedos que me hacen pensar demasiado. Pero luego llega otra mañana🌅
Me siento a meditar 🧘♀️
y la meditación me recuerda que todo está bien,
que soy parte de Todo,
que todo y todos alrededor trabajan para mí y no en contra de mí.
Después suelto las creencias y energías que ya no me sirven
y termino escribiendo una visión positiva, clara y emocionante de mi vida — cada día, a mano ✍️.
Y otra vez está bien.
Otra vez las dudas se disuelven.
Otra vez siento apoyo, lo experimento, y el mundo parece fluir conmigo, no contra mí.
¿Sería todo esto tan fácil sin años de trabajo interior, sin el coraje de descubrir quién (no) soy, sin comprender mis patrones, sin sanar mis heridas?
Sinceramente, lo dudo muchísimo.
Ahora que ya saqué los muebles viejos y desgastados, hay espacio para lo nuevo.
Y lo nuevo lo elijo yo. Conscientemente. Con claridad.
Si estás en un momento en el que parece que todo va en tu contra… te invito.
A limpiar para hacer espacio.
A abrir hueco para lo nuevo.
Para lo verdadero.
¿Quieres empezar tu propio espacio interior?
Si quieres que te acompañe en ese proceso — en soltar lo que pesa y dejar entrar lo que es tuyo —
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